Recordando a Pablo Neruda
En Odas Sacrilegiosas (2003)
El corazón de la alcachofa
es tierno y dulce
pero la flor de la alcachofa
no se come ni se conoce
porque ya se comió su cúpula
solamente los jardineros flojos
conocen su flor incomestible
así asegurando su propagación